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En medio de la guerra en curso entre Rusia y Ucrania, Toyota anunció que finalizaría de forma permanente las operaciones de fabricación de vehículos en su planta de San Petersburgo. Representa toda la fabricación de vehículos de Toyota en Rusia, aunque la empresa permanecerá en Moscú para apoyar las operaciones minoristas.
Toyota suspendió las operaciones en sus instalaciones de San Petersburgo el 4 de marzo, más de una semana después de que Rusia lanzara su invasión. Las sanciones impuestas a Rusia causaron graves interrupciones en las líneas de suministro, aunque Toyota ha mantenido la planta lista durante los últimos siete meses en caso de que las cosas cambien.
En un comunicado de Toyota publicado el 23 de septiembre, la compañía no vio indicios de reiniciar operaciones en un futuro cercano, por lo que el cierre es permanente. Los empleados afectados por el cierre recibirán asistencia de Toyota para reempleo, capacitación en nuevas habilidades y “bienestar, incluido el apoyo financiero además de los requisitos legales”.
La construcción de las instalaciones de San Petersburgo comenzó en 2005. La producción se inició en 2007 con el Toyota Camry y luego se amplió para incluir el RAV4 en 2016. A plena capacidad, la planta puede fabricar 100.000 vehículos al año vendidos principalmente en Rusia. Algunos modelos se exportan a países cercanos como Bielorrusia. En cuanto al futuro de la fábrica, Noticias automotrices europeas informa que Toyota podría vender la instalación aunque nada es oficial. Un portavoz de Toyota le dijo a la publicación que, si se vendiera la planta, no se limitaría a construir un Toyota rebautizado.
El fin de la fabricación en Rusia no significa que Toyota abandonará el país por completo. Con los vehículos en circulación y una red minorista instalada, el fabricante de automóviles permanecerá en Moscú para manejar los servicios para los clientes existentes de Toyota y Lexus. Sin embargo, incluso esa parte del negocio se reestructurará para adaptarse a la situación actual.
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